En un mundo empresarial cada vez más orientado al cumplimiento y hacia la sostenibilidad, la nueva directiva de sostenibilidad y debida diligencia impone un desafío significativo para las organizaciones. Esta directiva busca garantizar que las empresas operen de manera ética, minimizando los impactos negativos en los derechos humanos y el medio ambiente, ya que esto está generando un intenso debate en la comunidad empresarial, especialmente entre los compliance officers que son los responsables de velar por el cumplimiento normativo.
Las nuevas obligaciones de la directiva de sostenibilidad y debida diligencia: un reto para los compliance officers
¿Qué implica esta directiva?
La directiva propuesta por la Unión Europea, obliga a las empresas a identificar, prevenir, mitigar y dar cuenta de los riesgos de violaciones de derechos humanos y daños medioambientales en sus procesos de producción y en la relación con sus proveedores. A partir de 2025, las grandes empresas deberán aplicar estos principios de debida diligencia en sus procesos internos y en las relaciones con sus proveedores, asegurándose de que sus operaciones no contribuyan a la explotación laboral, la degradación ambiental ni otras conductas perjudiciales.
Estas nuevas obligaciones exigen una acción proactiva de los compliance officers, quienes se enfrentan al reto de integrar esta normativa en la cultura corporativa y garantizar que se cumpla en todos los niveles de la organización. La tarea no es sencilla: implica la creación de sistemas de auditoría y monitoreo, la capacitación de empleados y directivos, y el establecimiento de mecanismos de rendición de cuentas efectivos.
El reto para los compliance officers:
Ante la obligación de adaptar sus sistemas de gestión y supervisión para cubrir áreas claves como el análisis de riesgos, trazabilidad de las actividades empresariales e implementación de prácticas, se busca que se favorezca la sostenibilidad.
A diferencia de las normativas anteriores, que se centraban en la conformidad legal, esta nueva directiva pone un enfoque más amplio en la responsabilidad social y ambiental de las empresas.
El desafío radica en que las organizaciones deben ser transparentes en sus operaciones, tanto interna como en sus relaciones comerciales. Esto exige una cooperación más estrecha entre las empresas y sus socios, así como el establecimiento de políticas claras que no solo aseguren la integridad de la cadena de suministro, sino que también fomenten un compromiso genuino con el bienestar social y ambiental.
¿Qué deben hacer los compliance officers para cumplir con la nueva normativa?
- Implementación de políticas de debida diligencia: contar con políticas claras y procedimientos internos para identificar, prevenir y mitigar los riesgos de violaciones de derechos humanos y medioambientales en sus operaciones.
- Evaluación de proveedores: deben garantizar que se realicen auditorías periódicas a los proveedores y que las relaciones comerciales sean transparentes, colaborativas y respetuosas.
- Formación continua: deben liderar programas de formación y sensibilización dentro de la organización, asegurando que todos los empleados comprendan la importancia de la sostenibilidad y el cumplimiento de los derechos humanos.
- Mecanismos de rendición de cuentas: es esencial establecer sistemas de monitoreo y seguimiento que permitan verificar que las medidas adoptadas están siendo efectivas. Además, las empresas deberán ser capaces de informar sobre sus esfuerzos de manera clara y accesible.
- Adaptación constante: a medida que la legislación evoluciona, los compliance officers deben mantenerse al tanto de cualquier cambio normativo que pueda afectar a su organización, adaptando sus políticas y procedimientos en consecuencia.
La directiva de sostenibilidad y Debida diligencia representa una oportunidad para las empresas de posicionarse como líderes en responsabilidad corporativa. Para los compliance officers, este es un reto que implica no solo el cumplimiento de la ley, sino también la integración de principios éticos que contribuirán al bienestar global.
A medida que las expectativas sobre las empresas en términos de sostenibilidad y derechos humanos aumentan, aquellos encargados del cumplimiento normativo deben evolucionar junto con la normativa, asegurando que sus organizaciones no solo sean competitivas, sino también responsables y respetuosas con el entorno y la sociedad.
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