Cuando una institución financiera decide restringir o terminar las relaciones comerciales con clientes, o con categorías enteras de clientes, para poder evitar un riesgo y no tener que gestionarlo, incurre en lo que se conoce como de-risking.
Los riesgos: ¿se eliminan o se gestionan?
Este “corte de raíz” del riesgo es un problema, no una solución
El de-risking es el concepto opuesto al del enfoque basado en riesgos que el GAFI impulsa como estándar internacional y transversal a todas las acciones de prevención de lavado de activos y financiamiento del terrorismo. Se trata de un atajo, de directamente cortar la relación comercial sin que la decisión esté justificada por un análisis caso a caso con su correspondiente evaluación de riesgos y la imposibilidad de mitigarlos. Esta práctica de eliminar el riesgo en lugar de gestionarlo tiene consecuencias muy negativas:
- El de-risking puede dar lugar a un aumento del costo de los pagos y a la concentración de los servicios bancarios y de remesa.
- Las organizaciones sin fines de lucro pueden ver sus transacciones retrasadas y/o con un aumento en el costo.
- La transparencia se ve afectada ya que habría más probabilidad de que las personas o entidades se vean obligadas a utilizar canales menos regulados o no regulados.
- En términos generales, estas condiciones atentan en contra de la inclusión financiera.
- Dado que el movimiento de fondos a través de canales regulados y rastreables facilita la implementación de medidas contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, las condiciones anteriores derivan en que, por el contrario, aumenten los riesgos de estos delitos.
Además, los efectos del de-risking no se distribuyen de manera uniforme. Las consecuencias impactan en algunas regiones más que en otras. Las economías más pequeñas y aisladas desde el punto de vista financiero, las de mercados emergentes, y las de zonas de conflicto, tienden a verse afectadas de forma más significativa.
El balance general sugiere que las normas ALA/CFT no son la principal causa del de-risking. De todos modos, sí aparecen como un factor relacionado cuya mejora, además, podría ser parte de la solución, en conjunto con el enfoque basado en riesgos.
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