El lavado de dinero o de activos es una industria multimillonaria que afecta los intereses comerciales legítimos de muchas formas. Es complicado decir exactamente qué tan grande es este problema, pero el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estimado que podría ascender al 5% del producto interno bruto mundial. También señala que la cantidad de dinero que se lava todos los años a nivel global oscila entre $600 mil millones y $1,5 billones.
Los delitos de lavado de activos son cada vez más sofisticados, pues los delincuentes buscan utilizar diferentes medios para pasar desapercibidos. Por ello, las actividades vulnerables ya no son únicamente las de entidades financieras o bienes raíces. También están en riesgo pequeñas y medianas empresas de todos los sectores, en especial porque a menudo carecen de experiencia y conocimiento sobre los riesgos que implican ciertas transacciones. Además, muchos de estos negocios no cuentan con procedimientos sólidos contra este tipo de delitos.
¿Qué es el lavado de dinero?
También conocido como blanqueo de capitales, es el proceso de ocultar o disimular la naturaleza, origen, propiedad o ubicación de dinero y/o bienes obtenidos de forma ilegal. Se usan diferentes mecanismos para pasar las ganancias mal habidas de actos delictivos a través de sistemas financieros legales con el objeto de hacer que parezcan fondos legítimos y, por tanto, gastables.
Así, se crea la ilusión de que grandes cantidades de dinero obtenidas de delitos graves como extorsión, narcotráfico, fraude, crimen organizado, tráfico de armas, entre otros, se originaron en una fuente legítima.
Este es un proceso de vital importancia para los delincuentes, ya que les permite disfrutar de los beneficios económicos sin poner en peligro su origen. Y es que cuando una actividad delictiva genera ganancias sustanciales, el grupo involucrado o individuo debe encontrar una forma de controlar los fondos sin llamar la atención sobre la actividad subyacente o las personas involucradas en esta.
Así que disfrazan las fuentes cambiando la forma o moviendo los fondos a un lugar donde sea menos probable que llamen la atención, y lo integran en el sistema financiero legítimo “limpiándolo”.